14 feb 2012
Sin embargo, los números defensivos de Montero en las menores parecen contradecir ese menosprecio que ha recibido su trabajo con la mascota.
Con un porcentaje de fildeo de .997 en 88 partidos, el criollo parece no ser tan irregular a la hora de custodiar el plato, pero según los reportes de los scouts, Montero no goza de gran habilidad a la hora de hacer movimientos laterales necesarios para bloquear ciertos pitcheos contra el piso. La inexperiencia a la hora de llamar a los partidos es algo que el venezolano irá ganando con el paso de los años.
Por su parte, Olivo es un jugador experimentado de 33 años de edad, que viene a su décima zafra como grandeliga y su segunda con Seattle. Su aporte ofensivo es casi nulo, la temporada pasada bateó .224 AVG/.279 OPS/.253 OBP, pero a la defensiva es un receptor que sabe llamar bien los juegos creando confianza en los lanzadores; además, este careta retira a 28% de los corredores que se atreven a intentar estafar una almohadilla.
Jesús Montero debutó la temporada pasada con los Yanquis de Nueva York. En 18 partidos y 61 turnos dejó un promedio al bate de .328, con cuatro cuadrangulares, doce remolcadas, cuatro dobles y 20 imparables. En esos 18 encuentros solo tres fueron en condición de receptor y los demás los jugó como bateador designado.
La capacidad ofensiva del carabobeño y magallanero ha sido lo que lo ha llevado a ser uno de los prospectos de mayor peso en las Grandes Ligas y solo con la experiencia podrá mejorar cualquier aspecto defensivo que necesite para mantenerse por muchos años como receptor de planta.
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